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Nueve remedios de los abuelos peligrosos para tus hijos

  • FRAMBUESITA KIDS
  • 1 ago 2018
  • 3 Min. de lectura

De las mejores cosas que tiene crecer junto a los abuelos es recibir su afecto incondicional, su amor sin límites y una paciencia de la que carecen, en muchas ocasiones, los padres. Somos muchos, los que confiamos en ellos el cuidado de nuestros hijos cuando hemos de incorporarnos al trabajo tras la licencia materna o durante las largas vacaciones del colegio.


Sabemos que los niños están en las mejores manos y, aunque haya cosas que no terminen de gustarnos, es mucho mayor lo que aportan.


Sin embargo, un estudio presentado en las Sociedades Americanas Pediátricas en 2017 revelo que algunos remedios de los abuelos están desactualizados y pueden ser peligrosos para los niños. Según la investigación, los abuelos asumen que tienen experiencia suficiente como para poder aplicar los métodos que utilizaron con sus hijos en su día, con sus nietos en la actualidad. Por que... nunca pasó nada.


1. Acostar al bebé boca abajo: según el estudio, una cuarta parte de los abuelos encuestados no sabía que los bebés se colocan boca arriba hoy en día, porque dormir boca abajo está relacionado con el síndrome de muerte súbita. Ellos aprendieron que así se hacía por si el bebé vomitaba y mantienen esa costumbre, pese a que hoy en día es la principal causa de muerte entre los bebés de 1 mes a 1 año de vida.


2. Limpiar los ojos con manzanilla: era una costumbre muy común antiguamente, pero no es lo mejor que pueden hacer los abuelos si los niños tienen los ojos irritados, exceso de mugre o conjuntivitis. Pero, la manzanilla no es un producto estéril, aunque se haga con agua hervida, tiene restos de plantas que puede irritar los ojos y no existe evidencia científica que afirme que la manzanilla cure una infección en los ojos. Es preferible recurrir al colirio que recomiende el pediatra.


3. Calentar un trapo y colocarlo en el oído para tratar la otitis: este es uno de los remedios que se aplica de manera común en los hogares. Esta costumbre lo que puede ocasionar que el niño presente una perforación de tímpano porque el calor dilata la inflamación y provocó la rotura de la membrana timpánica. El niño, por supuesto se presentara mas irritado y de seguro terminara con antibiótico recetado por el médico y la recomendación de no volver a aplicar calor ante un dolor de oídos.


4. Alcohol para el dolor de muelas: ¿has mantenido un poco de ginebra, whisky o algún licor en la boca haciendo buches ante un dolor de muelas? Era una práctica muy común en época de nuestras abuelas pero, esta práctica no es eficaz. Sí, el alcohol combate las bacterias pero no lo suficiente como para curar una infección en la boca ni funciona como anestésico local.


5. Baño helado para bajar la fiebre: los padres hoy tenemos otras recomendaciones pediátricas para tratar la fiebre alta. En principio, no bajarla si no supera los 38,5º porque hasta entonces es temperatura febril y es una respuesta que aplica el cuerpo para acabar con los virus. Pero, en caso de que la fiebre sea muy alta, no podemos someter a los niños a un baño helado que supondría un enorme contraste y un sufrimiento innecesario para ellos. La recomendación es bañarlo con agua no muy caliente e ir templándola poco a poco.


6. Pasta de dientes para las quemaduras: ante una quemadura, ni se debe cubrir con un paño, puesto que puede quedar pegado a la piel, ni se ha de aplicar pasta de dientes, lo que puede provocar infecciones y aun más lesiones en la piel del niño.


7. Barro en caso de picadura de avispa: definitivamente no, agua fresca o frío en la zona y, si le ve el pediatra es posible que le recomiende antihistamínico para evitar complicaciones.


8. Un niño que come mucho es igual a niño sano: seguro que te has enfrentado a la insistencia de la abuela que, una y otra vez quiere llenar tu plato porque le parece estás en los huesos y que la salud pasa por comer mucho.


9. Mojar el chupete en distintas sustancias: ya sea anís, azúcar, o leche condensada... ¿Qué ocurría? Que el niño dejaba de llorar y se relajaba ante el nuevo sabor que tenían ante sí. Si se lo comentas a alguna abuela es posible que te digan "esto se ha hecho toda la vida y no pasa nada". ¿Seguro? Pues bien, esto no hace otra cosa que provocar caries.


Las asociaciones pediátricas y expertos sanitarios aconsejan a los abuelos que se abran a las nuevas formas de pensar y que adopten los métodos de salud, nutrición o disciplina actuales.

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